La prueba de esfuerzo
La prueba de esfuerzo sirve para averiguar cómo se debe practicar cualquier deporte de forma saludable.
La prueba de esfuerzo, un procedimiento muy utilizado en medicina deportiva, puede ayudar a prevenir un desenlace fatal, puesto que permite evaluar la respuesta del organismo durante el ejercicio. «Con esta prueba se puede conocer el estado de salud y llegar a prevenir posibles enfermedades cardiovasculares, incluso dolores musculares y errores en el entrenamiento o práctica del ejercicio»
Es una prueba muy útil para averiguar cómo se debe practicar cualquier deporte de forma saludable o, lo que es lo mismo, adaptándolo a las características de cada persona, según su capacidad, que es genética e individual. Una vez realizada, se puede planificar un programa de ejercicios con objetivos individualizados, según el estado de salud y aptitud física. La utilidad de la prueba es múltiple: identificar a los deportistas con riesgo, recomendar el programa de ejercicios más adecuado, mejorar el rendimiento físico, incrementar la salud de la persona que practica deporte y planificar la intensidad y el tipo de ejercicio que más le convenga.
Antes de realizar la prueba de esfuerzo, se valoran distintos aspectos, como enfermedades previas, de las cuales se efectúa un historial; los hábitos alimentarios para evaluar si son adecuados; y, mediante la exploración física, se valora el estado del aparato locomotor, la fuerza y la flexibilidad.